Definición y clasificación de la Disfunción de las glándulas de Meibomio

La Disfunción de las glándulas de Meibomio (DGM) es una anomalía crónica y difusa de las glándulas meibomianas, comúnmente caracterizada por la obstrucción del conducto terminal y/o cambios cualitativos/cuantitativos en la secreción glandular. Esto puede tener como resultado una alteración de la película lagrimal, síntomas de irritación ocular, inflamación clínicamente aparente y enfermedades de la superficie ocular.

Existen varias explicaciones basadas en la evidencia para la terminología utilizada en esta definición. El término disfunción se emplea porque la función de las glándulas meibomianas se ve alterada. El término difuso se emplea porque el desorden afecta a la mayor parte de las glándulas de Meibomio. Una participación restringida de las glándulas meibomianas, como en el caso del chalazión, tiende a no causar alteraciones en la película lagrimal ni en el epitelio de la superficie ocular, por lo que no se considera dentro del contexto de la DGM. La obstrucción de los orificios de las glándulas de Meibomio y de los conductos terminales, así como los cambios cualitativos y/o cuantitativos de las secreciones de dichas glándulas, se consideran los aspectos más representativos de la DGM. Asimismo, en la definición se incluyen síntomas subjetivos de irritación ocular, como los síntomas de mayor preocupación del paciente y, en ocasiones, del médico. La mejora de los síntomas del paciente es el principal objetivo en el tratamiento de la DGM. El papel de la inflamación en la etiología de la DGM es polémico e incierto.

En muchos textos se han utilizado los términos “blefaritis posterior” y DGM como si fueran sinónimos, pero estos términos no son intercambiables. El término blefaritis posterior se emplea para describir condiciones inflamatorias del borde posterior del párpado, de las cuales la DGM es solo una posible causa. En sus etapas iniciales, la DGM no suele asociarse a los signos clínicos característicos de la blefaritis posterior. En esta etapa, las personas afectadas pueden presentar síntomas o pueden ser asintomáticas y su condición ser considerada subclínica. A medida que avanza la DGM, se desarrollan los síntomas y los signos en el borde posterior del párpado, con cambios en la capacidad de exprimir el contenido de las glándulas, así como en la calidad del mismo. El enrojecimiento del borde del párpado se hace más evidente. En ese momento, se dice que existe una blefaritis posterior relacionada con la DGM.

El término DGM se considera apropiado para describir las alteraciones funcionales de las glándulas de Meibomio. El término “enfermedad de la glándula de Meibomio” se utiliza para describir una amplia gama de trastornos de las glándulas de Meibomio, incluyendo las neoplasias y enfermedades congénitas. Otros términos como el de meibomitis o meibomianitis describen un subconjunto de trastornos de la DGM relacionados con la inflamación de las glándulas de Meibomio. A pesar de que la inflamación puede ser importante en la clasificación y en el tratamiento de la DGM, este término no es lo suficientemente general, ya que la inflamación del borde del párpado no siempre está presente.

La DGM se puede clasificar según los cambios anatómicos, los cambios fisiopatológicos o la gravedad de la enfermedad. Cualquier sistema de clasificación debe cumplir con las necesidades del médico y del investigador. Una clasificación basada en la fisiopatología se considera como la que mejor cumple con estas necesidades.

Se propone una clasificación de la DGM en dos grandes categorías, basada en la secreción de las glándulas de Meibomio: 1) Estados de baja liberación y 2) Estados de liberación elevada (Figura 1). Los estados de baja liberación se clasifican en: hiposecretor u obstructivo, con subcategorías cicatricial y no cicatricial. La DGM hiposecretora describe una liberación reducida de la secreción sebácea debido a anomalías en las glándulas de Meibomio sin obstrucción notable. La DGM obstructiva se debe a la obstrucción del conducto terminal. En la forma cicatricial, los orificios del conducto se desplazan posteriormente en la mucosa, mientras que en la DGM no cicatricial dichos orificios permanecen en su posición normal. En los casos de liberación elevada, la DGM hipersecretora se caracteriza por la presencia de una gran cantidad de lípidos en el borde del párpado, que se vuelven visibles al aplicar presión en el tarso durante el examen médico. Cada categoría de DGM puede ser de origen primario (sin una causa evidente) o estar asociada a otras causas secundarias tal y como aparece recogido en la Figura 1.

En conjunto, la DGM puede generar alteraciones de la película lagrimal, síntomas de irritación ocular, inflamación y ojo seco.